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MALTRATO INFANTIL Y VIOLENCIA DE GENERO

El miedo en la infancia es una respuesta a la ansiedad que provoca cierto estímulo específico en el niño.  El miedo es muy habitual en esta etapa, sobretodo hasta los doce años de edad, y no debemos preocuparnos excesivamente por ello.

Se trata de un sistema de alarma adquirido por el niño sin aprendizaje previo y ayuda al pequeño a evitar entornos potencialmente peligrosos para él.

Los miedos más habituales suelen ser miedos a ruidos fuertes, a los desconocidos, a la oscuridad, a las alturas, animales, y a la separación de sus padres o familiares más cercanos. Aún y así, pueden diferenciarse según la edad del niño ya que éstos siguen una secuencia normal en el transcurso de la vida del niño.

 0 a 12 meses

Responden con miedo a estímulos intensos como ruidos fuertes y a la pérdida de la base de sustentación, en este caso, la madre, sintiéndose desamparado. También sienten miedo hacia los desconocidos.

 2 a 4 años

Empiezan a tener terror por algunos animales, la oscuridad, ruidos fuertes, máscaras, objetos o máquinas grandes, cambios en el entorno personal del niño, y a la separación de los padres.

Psico Ayuda Infantil - Los miedos en la infancia

 4 a 6 años

Siguen teniendo miedo a algunos animales, la oscuridad y la separación de los padres. Se añade el miedo a los truenos y relámpagos, a las lesiones corporales, a dormir o estar solos, y a los seres sobrenaturales como pueden ser las brujas, los fantasmas y los monstruos. Además pueden contagiarse de los miedos de otros niños. A esta edad ya empiezan a preocuparse de la aprobación social de los demás.

 7 a 8 años

Continúa el miedo por los seres sobrenaturales, la oscuridad, las lesiones corporales y a estar solos. Y se añaden miedos diversos basados en sucesos aparecidos en los medios de comunicación.

 9 a 12 años

Aunque pueden seguir arrastrando miedos como a los truenos y relámpagos y a lesiones corporales, empiezan a preocuparse por los exámenes, el rendimiento escolar y el aspecto físico, consecuencia de la madurez y consciencia del niño. En algunos casos pueden seguir teniendo miedo a la oscuridad y aparece el miedo a la muerte ya que tienen mayor información del mundo y son capaces de razonar a un nivel mucho más complejo y se dan cuenta que no pueden controlarlo todo.

En el caso que el miedo provoque un fuerte grado de ansiedad, la respuesta correcta seria dominar el miedo para que la ansiedad desaparezca o disminuya. Son eficaces las caricias y la presencia del adulto para consolar y tranquilizar al niño cuando aún es pequeño. Cuando es más mayor, es preferible combinar la relajación para controlar la respiración y tranquilizarlo.

¿Que son las fobias en la infancia? ¿Qué diferencia hay con los miedos infantiles?

Las fobias en la infancia son los miedos de un niño (miedo a un objeto o situación específica), que se convierten en desproporcionados y desadaptativos. Cuando un miedo llega a tomar estas características, lo denominamos fobia. Profundicemos un poco más...

  • Desproporcionado. Significa que el objeto temido no entraña objetivamente ninguna amenaza para el niño, como por ejemplo la fobia a la oscuridad. La oscuridad en sí misma es inofensiva, sólo es la falta de luz en un lugar determinado. Si bien es cierto que pueden haber situaciones que podrían proporcionar efectos negativos, es considerable que el niño experimente cierto temor. Sin embargo, su reacción ante la situación u objeto al que se expone y teme es excesiva.
  • Desadaptativo. Se trata del malestar que experimenta el niño debido a la elevada intensidad de la respuesta ante el objeto temido. La exposición al estímulo fóbico suscitará en el niño una respuesta inmediata de ansiedad que le causará alteraciones emocionales y una gran preocupación expresada través de gritos, llpros, búsqueda de la madre con abrazos, etc. También puede experimentar síntomas fisiológicos como náuseas, diarrea, desmayos, mareos, dolores de estómago, dolores de cabeza, etc.

Por lo tanto, para distinguir los miedos de las fobias en la infancia, debemos observar el comportamiento en la reacción del niño. Si es una conducta apropiada a las demandas de la situación, o si por el contrario, es una conducta alterada y exagerada. Si además de ser conductas inapropiadas, perduran un mínimo de seis meses, podremos llamarlo fobia en lugar de miedo.

Es importante mencionar aunque los adultos son conscientes de que el miedo es irracional y exagerado, en el caso de los niños, no es una premisa necesaria para diagnosticar una fobia en la infancia.

Psico Ayuda Infantil - Las fobias en la infancia

Las fobias más frecuentes en la infancia

  • Fenómenos naturales
  • Animales: arañas, ratones, serpientes, perros...
  • Oscuridad
  • Ruidos fuertes
  • Enfermedades, sangre, heridas, inyecciones...
  • Personas disfrazadas o extraños
  • En la preadolescencia, fobias a vehículos y transportes públicos y aparecen casos de claustrofobia

¿Cómo afrontar las fobias en la infancia?

La fobias específicas, tanto en la infancia como en la vida adulta, pueden conllevar un problema para el desarrollo de la vida diaria de la persona con normalidad. Por lo tanto si un niño tiene una fobia, lo más adecuado para su propio bienestar, dadas las consecuencias emocionales que provoca el temor excesivo por un objeto o situación determinado, que puede encontrarse en la vida diaria de forma habitual, es intervenir.


La técnica más utilizada y que ha resultado ser más eficaz es la Técnica de Exposición. El objetivo es que el niño con fobia sea capaz de exponerse al estímulo fóbico con la menor ansiedad posible y sea capaz de adaptar sus reacciones. Se puede realizar la Exposición en vivo o en imágenes. La exposición en vivo es la más eficaz en sus resultados, pero no todas las fobias pueden exponerse en una situación real.

Para la fobia a volar en avión se realizará exposición en imágenes, con vídeos o imaginando la situación específica. No podrá realizarse una terapia en una situación real por el coste que conllevaría.

La depresión infantil es un trastorno afectivo que se caracteriza por una alteración emocional, en la cual el niño experimenta sentimientos de tristeza, melancolía, preocupaciones y sentimientos de culpabilidad. Puede darse en mayor intensidad y duración y de eso dependerá su clasificación.

La depresión infantil puede aparecer en cualquier etapa del desarrollo del niño. Incluso en los primeros meses de vida de un bebé pueden padecer cuadros depresivos, asociados a un cambio o pérdida de la persona que cuidaba del lactante o cuando la persona encargada de su cuidado no responde correctamente a las necesidades del pequeño. Para identificar la depresión infantil en niños tan pequeños se obtiene la información a través de sus conductas de hiperactividad o de retraimiento, ya que  aún tienen dificultades para verbalizar sus problemas. Los síntomas de alerta para los niños de 0 a 3 años son psicosomáticos: enuresis, encopresis, miedos nocturnos, llantos, etc.

Psico Ayuda Infantil - La depresión infantil: mi hijo está triste

Los niños de 3 a 6 años ya podrán dar pistas a través de sus expresiones y verbalizar de forma más clara lo que les sucede. Por lo que facilitará el diagnóstico al poder acceder a más información sobre sus emociones y pensamientos.

Existe una teoría evolucionista que establece que la depresión infantil sucede de manera diferente según la época evolutiva de la vida del niño. Esta teoría afirma lo siguiente:

  • El niño de 0 a 4 años se ve afectado por acontecimientos que ocurren dentro del seno familiar, como son la separación o la pérdida de uno de los padres, el abandono, el abuso y todo lo que está relacionado directamente o indirectamente con el apego, ya que en esta etapa evolutiva del niño el centro de atención es la unidad familiar.
  • A partir de los 4 años de edad, los niños ya están en contacto con la escuela y otros entornos y son más sensibles a acontecimientos relacionados con el rendimiento en el colegio, la interacción con sus compañeros de clase, la competencia en el juego o el sentimiento de pertenencia a un grupo de iguales.

Esto no implica que un niño de 5 años no pueda padecer depresión por algún tema relacionado con el apego con su familia. Pero sí que a medida que el niño va creciendo, añade a su vida más experiencias, más interacciones y más responsabilidades que podrían ser motivos de depresión infantil, y cuanto más pequeño es el niño, su vida se centra exclusivamente en su familia.

Causas de la Depresión infantil

  • Conflictos en la familia. Disputas, depresión materna, inestabilidad familiar ...
  • Acontecimiento o sucedo estresante y/o traumático. Una catástrofe familiar, la muerte de uno de los progenitores, la pérdida de una mascota, etc.
  • Estilo educativo estricto con el niño. Culpabilizar al niño de ciertos fracasos, reñirle de forma habitual, privarle del juego o de realizar actividades en las que está interesado...
  • Dificultad en la integración con otros niños. Por ejemplo, que sufra bullying escolar.
  • Aspectos físicos. Puede sentirse acomplejado por alguna parte de su cuerpo y sentirse inseguro.

Síntomas de la Depresión infantil

  • Tristeza, decaimiento y melancolía.
  • Cambios en rendimiento escolar. Bajará su rendimiento en la escuela debido a que se ve afectado a nivel cognitivo: alteración de la capacidad de la comprensión y atención, etc.
  • Estado de ánimo triste y llora con facilidad
  • Pérdida del interés y desmotivación. No es capaz de disfrutar de las actividades y los juegos que antes le gustaban. Se siente aburrido.
  •  Falta de energía. Se cansa sin motivo y su nivel de actividad es bajo.
  • Alteraciones del sueño, ya bien sea, en su conciliación, despertares intermitentes durante la noche, despertar matutino temprano, aumentos del tiempo para dormir o despertarse con la sensación de no haber descansado.
  • Cambios en la alimentación. Pérdida de apetito y perdida repentina de peso. O al contrario, aumento del apetito y ganancia de peso.
  • Quejas frecuentes de dolores físicos. Dolores de cabeza, dolores abdominales y vómitos.
  • Baja autoestima. Tendencia a descalificarse a sí mismo y devalorizarse. Es muy autocrítico y duro consigo mismo.
  • Aislamiento social. Falta de comunicación con los demás, por lo que le lleva a problemas al relacionarse. No quiere jugar en la escuela y se muestra apático.
  • Actitudes agresivas. Ataques de ira, se muestra irritable y tiende a las rabietas con facilidad.
  • A pesar de mostrar desmotivación y apatía, tiene una elevada sensibilidad al fracaso y al rechazo.
  • A través de la narración de cuentos y del juego simbólico, mostrará historias y finales tristes.
  • En casos graves, puede hablar de suicidio.

Consejos para padres de hijos con depresión infantil

A continuación os damos algunos consejos para que ayudéis a vuestro hijo en el proceso de tratamiento y recuperación del trastorno. No debemos olvidar que un niño con depresión necesita, igual que un adulto, de una terapia psicológica, y en casos muy graves y puntuales se puede llegar a aconsejar complementar la terapia con fármacos. A pesar de ello, los padres podéis aportar mucho a vuestro hijo en este momento tan delicado que está viviendo, con ciertas actitudes que le ayudarán a nivel emocional dentro del seno de la familia.

  • El niño necesita atención, sentir que el interés se centra en él.
  • Prestar más atención de lo habitual a vuestro hijo y jugar con él, ya que a través del juego (juego simbólico) le será más fácil hablar sobre sus problemas y vosotros tendréis acceso a información que de otra manera no podríais obtener.
  • Leerle libros infantiles y estar atentos a las pistas. Debéis indagar sobre lo que piensa sin que se sienta analizado a través de este tipo de actividades.

Psico Ayuda Infantil - La depresión infantil: mi hijo está triste

  • Mimarlo, tranquilizarlo y estar muy pendiente de él. Que se sienta querido por vosotros en todo momento, pero no sobreprotegerlo ya que puede sentirse agobiado y abrumado.
  • Reforzar su comportamiento positivo y elogiarlo. Mostrarse abiertos y animarle a que exprese sus sentimientos.
  • Analizar los cambios recientes en la vida de vuestro hijo puede daros información del motivo por el que está deprimido.
  • Fomentar hábitos saludables, como hacer ejercicio, jugar al aire libre con vuestro hijo, procurar que el niño duerma el tiempo necesario, preparar comidas saludables, limitar las horas del ordenador o la televisión y disponer a vuestro hijo de un ambiente seguro dentro del hogar donde pueda sentirse cómodo y relajado.
  • Establecer y mantener unas rutinas hará que vuestro hijo se pueda sentir participe y colaborar con vosotros. Podéis establecer un horario para cada actividad.
  • Estar atentos si se muestra agotado o estresado. Quizás sería necesario hacer un cambio en el calendario de actividades del niño
  • Tenéis que estar activamente implicados en la intervención del tratamiento de la depresión infantil que está padeciendo vuestro hijo. Esto incluye todos los entornos del pequeño: familiar, social y escolar. El niño debe sentirse seguro, ver en sus padres una figura de estabilidad y de protección.


 Apoyad a vuestro hijo en este período tan delicado que está viviendo. Los padres son la clave principal para que el niño salga adelante en la depresión infantil en la que se ve envuelto. Sin vuestra ayuda, vuestro hijo no podrá mejorar.

Psico Ayuda Infantil - La depresión infantil: mi hijo está triste

El Trastorno obsesivo compulsivo (también conocido como TOC) es un trastorno que forma parte del los trastornos de ansiedad, suele aparecer sobre los 7-10 años de edad y se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones. ¿Qué son?

Obsesiones

Son pensamientos no deseados, recurrentes e intrusos que persisten y se consideran inapropiados. Provocan ansiedad y malestar importantes al niño, que intentará ignorarlos o neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos (compulsiones). El adulto es consciente que sus pensamientos son producto de su mente y reconoce que no es capaz de dominarlos. Sin embargo en el caso de los niños, pueden haber casos que sí son conscientes, pero no es una norma aplicable en el caso de la infancia.

Compulsiones

Son conductas estereotipadas y recurrentes que el niño siente la necesidad de realizar como respuesta de una obsesión para prevenir o neutralizar la ansiedad que ésta le provoca.

En el trastorno obsesivo compulsivo, el niño puede ser consciente que sus pensamientos y comportamientos son irracionales, pero no es una premisa necesaria para su diagnóstico. De echo, pueden sentir que sus propias conductas son extrañas y al principio intentará dar explicaciones de porqué se comportan así para justificar su comportamiento. Pasado el tiempo, es probable que esas explicaciones pierdan veracidad incluso para el niño, pero seguirá realizando los mismos comportamientos. Es decir, renuncia a su justificación, pero no a su ritual, ya que sigue con la necesidad de repetir esas conductas a pesar de saber que no son racionales.

Es importante mencionar que el Trastorno obsesivo compulsivo interfiere mucho en la vida normal del pequeño, ya que las compulsiones y obsesiones necesitan mucho tiempo para ser realizadas. Entorpecen y obstaculizan las rutinas normales del niño, actividades escolares y las relaciones sociales, ya que las obsesiones y compulsiones del trastorno obsesivo compulsivo que padece el niño tienen una prioridad máxima por encima de todas éstas.

Obsesiones más frecuentes del Trastorno obsesivo compulsivo

  • Preocupación por los gérmenes y temor a contaminarse
  • Miedo a que suceda algo horrible a los padres, familiares o a él mismo (muerte, enfermedad, incendios, accidentes...)
  • Necesidad de orden y simetría
  • Miedo a hacerse daño a uno mismo o a los demás
  • Escrupulosidad (obsesiones religiosas)
  • Aprensión hacia las secreciones corporales (saliva, heces, orina...)
  • Pensamientos prohibidos, agresivos o de contenido sexual
  • Inquietud hacia ciertos objetos del hogar
  • Números de la mala o buena suerte
  • Necesidad de preguntar, hablar o confesar
  • Sonidos, palabras o música extraños


Compulsiones más frecuentes del Trastorno Obsesivo Compulsivo

  • Lavarse excesivamente las manos u otra parte del cuerpo, ducharse, cepillarse los dientes. A veces se hacen heridas de tanto lavarse.
  • Repetición de una acción hasta hacerla correctamente (repasar los deberes una y otra vez, etc.)
  • Comprobación (asegurarse de haber cerrado bien las puertas, el grifo...)
  • Tocar. El contacto corporal.
  • Contar objetos o contar hasta un determinado número.
  • Medidas para prevenir daños de uno mismo o de los demás
  • Ordenar
  • Acumular. No es capaz de tirar nada.
  • Rituales para la limpieza de la casa u objetos inanimados
  • Escribir, moverse o hablar.


Ejemplo de una Obsesión - Compulsión de un niño con Trastorno Obsesivo Compulsivo

Obsesión: miedo a que le hagan daño a sus padres. ¿Cómo puede pasar? Podría suceder que un ladrón entrara en casa y habría una gran probabilidad de que hiciera daño a sus padres.

Compulsión: el niño comprueba las cerraduras de casa y que las ventanas estén bien cerradas cada noche antes de irse a dormir.


Tratamiento del Trastorno Obsesivo Compulsivo

Para tratar el Trastorno obsesivo compulsivo se establecen dos tipos de intervenciones que pueden ser llevadas a cabo de forma individual o pueden combinarse.

1. Terapia de exposición y prevención de respuesta

Es una terapia eficaz en el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo en niños con rituales de comportamiento. Consiste en que el niño se enfrente deliberada o voluntariamente al pensamiento u objeto que le provoca malestar, ya sea de forma directa o a través de su imaginación. Paralelamente, el niño será alentado a evitar sus compulsiones (rituales) con el apoyo y los recursos ofrecidos por el terapeuta. Suelen intervenir en la terapia los familiares más cercanos al niño (padres, abuelos, cuidadores...) para ofrecer apoyo al niño y aprender a afrontar la situación.

2. Farmacología

La Clomipramina (antidepresivo tricíclico) es eficaz para reducir la sintomatología obsesivo-compulsiva. Se ha demostrado que junto con otros inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) son eficaces en el tratamiento de los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo disminuyendo la frecuencia e intensidad de las obsesiones y compulsiones.

El agresor de Bullying escolar

Psico Ayuda Infantil - El agresor de Bullying escolar


El Bullyin escolar o acoso escolar, es un comportamiento basado en el insulto verbal, la intimidación psicológica, el rechazo social o incluso la agresividad física que sucede de forma prolongada e intencionada entre un alumno o un grupo de alumnos, que son los que acometen este tipo de conductas, hacia otro estudiante que se convierte en la víctima que experimenta una gran inseguridad en la escuela y miedo hacia sus compañeros.

En nuestra página podéis encontrar más artículos relacionados sobre el Bullying escolar:

¿Qué es el Bullying escolar?

¿Mi hijo es víctima de Bullying escolar?

Hemos hablado del Bullying escolar, la tipología y los roles que se establecen en esta relación de acoso. También hemos tratado los indicadores principales de la víctima. Pero, ¿Qué hay del agresor de Bullying escolar? Es la pieza más importante de esta relación. Es el niño dominante que establece y mantiene la relación de acoso sometiendo a su víctima. Sin él, no habría acoso. Por tanto, consideramos importante analizar su perfil y los indicadores que pueden llevar a pensar que el niño puede estar siendo un agresor de Bullying escolar.

Indicadores de un niño/a agresor de Bullying escolar

  • Extrovertido y sociable
  • Necesidad de poder
  • Impaciencia y enfados frecuentemente
  • Cierta popularidad entre sus compañeros de clase
  • Exceso de confianza en sí mismo
  • Carece de empatía
  • Estilo agresivo de interacción con los demás. Establece relaciones de superioridad, dominio y prepotencia, por lo que se le considera, socialmente incompetente y establece relaciones consideradas negativas
  • Bajo rendimiento académico que da lugar a fracaso escolar y un cierto rechazo hacia la escuela
  • Sentimiento de insatisfacción con gran frecuencia y desmotivación en colaborar con los demás
  • Autoconcepto negativo, pero autoestima elevada y nula autocrítica
  • Falta de sentimientos de culpabilidad
  • Dificultades para cumplir las normas
  • Conductas antisociales y delictivas
  • Crueldad e insensibilidad
  • Bajo sentimiento de responsabilidad
  • Incapacidad para controlar sus reacciones. Ira e impulsividad
  • Comportamientos agresivos hacia miembros de su propia familia
  • Uso de tonos despectivos hacia los demás
  • Impone (o intenta imponer) sus criterios con el uso de agresiones físicas, verbales o psicológicas
  • No tiene en cuenta los derechos de los demás
  • Persistencia de su comportamiento a largo plazo y en la edad adulta
  • Depresión y autolisis (ideas de suicidio). En casos extremos, suicidio



Es importante tener en cuenta, dado que es un problema muy común e importante por su dureza, que un niño que está siendo un agresor de Bullying escolar actualmente, no tiene porqué serlo en la edad adulta. Existen muchos tipos de intervenciones para tratar este tipo de comportamientos, mejorar el punto de vista del niño y trabajar su empatía. Encontramos intervenciones como el Entrenamiento en solución de problemas, las Técnicas de resolución de conflictos, la Técnica del aprendizaje cooperativo, Técnicas de negociación y mediación, y Entrenamiento en relajación, entre muchas otras.

En el siguiente vídeo podéis observar las consecuencias de un caso de acoso y Ciberbullying (acoso en la red), que podéis encontrar en la página de Save the Children.

Os aconsejamos que echéis un vistazo a dicha página, donde niños y niñas han realizado sus propios cortometrajes para trabajar la prevención del Bullying escolar y el Ciberbullying, mostrando algunas situaciones en riesgo. Es realmente interesante el trabajo de estos niños.

También encontraréis algunas pautas para padres, profesores y niños en el caso de ser tanto espectador, víctima o agresor de Bullying escolar. Podéis acceder a la página haciendo click el siguiente link:

Save the Children

Y recordad que tanto si eres profesor y estás viviendo en las aulas esta problemática, como si sois los padres de un niño agresor de Bullying escolar, no desesperéis y no déis al niño por perdido. Hay muchas alternativas para trabajar esta problemática con paciencia y mucho trabajo.      


¿Cómo reconocer el maltrato?

Indicadores de violencia desde el punto de vista psicológico

No es fácil para las mujeres que sufren violencia de género detectar las señales e indicadores que anuncian que la escalada de la violencia psicológica, (tras la que empezará a aparecer la física) y coexistirán las dos, se ha instalado en su relación de pareja.
No es fácil, debido a la enorme confusión que se produce en sus emociones y sentimientos hacia el maltratador.

En los inicios, un maltratador se muestra cariñoso y enamorado

Un maltratador nunca comienza maltratando. Muy al contrario, en los inicios de la relación se muestra tremendamente cariñoso, seductor y enamorado, y cuando empieza la violencia psicológica siempre va acompañada y alternándose con signos de hombre "muy necesitado" y "profundamente enganchado". Esto produce en la víctima una tremenda confusión en sus sentimientos hacia él. Suele ser el entorno cercano a la mujer (familiares y amigas/os) el detector de estos primeros síntomas. Por lo que,

  • El aislamiento y control de estos familiares y amigos suele ser una señal importante.
  • También lo son los celos, confundidos  y justificados por él como muestra de amor, (continuas llamadas de teléfono, control de whatsapp, apariciones imprevistas en clases o en puestos de trabajo para pillarlas in fraganti, broncas por amistades masculinas, etcétera...)

Aparecen otros indicadores

Van apareciendo nuevos indicadores, si éstos dan "buenos resultados" y la mujer no reacciona o no los detecta:

Las continuas justificaciones del maltratador a sus criticas confunden la victima

  • Críticas despectivas. "Sólo sabes decir tonterías", "calladita estas más mona", "estás haciendo el ridículo"...
    Si la mujer reacciona, a menudo el maltratador encuentra mil justificaciones y razones, que de nuevo la confunden: "No aguantas una broma", "qué suspicaz eres"... Es la forma despectiva y la intencionalidad de ir mermando su autoestima, más que las palabras, lo que consigue este tipo de humillación.
  • Control en su forma de vestir. Van apareciendo prohibiciones. Ropa ajustada. Escotes, maquillaje... "Pareces una puta", "¿Así vas a clase? Parece que vas pidiendo guerra",  y comentarios de este tipo. Con mucha frecuencia oímos cómo las mujeres tienen que cambiarse de ropa y modificar su forma de vestir y "adecuarla" a los gustos el maltratador.
  • Relaciones sexuales no deseadas. Es muy frecuente que las mujeres tengan relaciones sexuales forzadas que van desde la insistencia, el dominio, la obligación, a la violación.

Evolución

La violencia psicológica se va instalando en la pareja, pero siempre entremezclándose con momentos llenos de romanticismo, amor obsesivo y necesidad extrema de la víctima. Va apareciendo una fuerte dependencia sentimental hacia el agresor.

La anulación de la autoestima deja a la mujer incapaz de detectar las señales de maltrato

Desprecio hacia su aspecto físico. Frases como "¡qué gorda te estas poniendo!", "no tienes tetas", "vaya barriga que estás echando", "dónde vas a ir tú con ese cuerpo", y otras muchas formas de ridiculizar su aspecto físico.
Ocurre que las mujeres no son capaces de detectar las señales porque están siendo anuladas y su autoestima ha resultado tan mermada que quedan incapacitadas para tomar decisiones y para ver su situación con claridad.

Son muchas las que, sin embargo, ante una infidelidad de él sí reaccionan, a sabiendas de que es la menor de las humillaciones a las que han sido o están siendo sometidas. Pero ocurre que este tipo de señal o indicador sí lo detectan con claridad y sin embargo los más fuertes, dañinos y peligrosos quedan solapados por razonamientos, justificaciones y racionalizaciones falsas y engañosas, que no las permite ver la realidad del problema porque ellas están dentro y necesitan salir de él para verlo.

 

Valorar el riesgo de maltrato

Síntomas en las mujeres que se deben tener en consideración a fin de valorar el riesgo son también:

  • Ideación suicida:es decir que esté pensando que su vida no tiene sentido y cavile con cierta frecuencia que todo podría terminar si ella deja de vivir, es posible que solo tenga la idea de terminar, pero no de cuándo ni cómo. Con esa actitud no puede tomar decisiones de ruptura.
  • Niveles de ansiedad, para ello habría que valorar síntomas activos y fisiológicos que la llevan a tener comportamientos de riesgo, como no cuidar su salud física, sufrir accidentes frecuentes, olvidos importantes, incluso dificultades para ejercer sus funciones parentales.
  • Criterio de realidad: qué piensa de lo que le pasa, cómo lo valora, si vive la "ilusión de cambio", es decir que piensa que algo mágico o milagroso, podría pasar y que él se vuelva "bueno", o que es maltratador pero buen padre.

Al valorar cada uno de estos criterios hay que contextualizarlo en el tiempo, es decir desde cuando le pasa, y qué soluciones ha intentado y los resultados de esos remedios que probó.

El control económico

El control de los recursos económicos es otro indicador de maltrato

A lo anterior y como otros indicadores de conductas de control por parte del hombre maltratador y de anulación de la capacidad personal de la víctima para organizar su vida y su economía propias, nos encontramos con todas aquellas que se centran en el control de los recursos económicos, mediante:

  • Negación de información sobre cuentas o bienes comunes.
  • Disposición patrimonial en beneficio exclusivo del maltratador y sin conocimiento ni consentimiento de la víctima.
  • Impago de pensiones judicialmente establecidas y de cargas familiares como forma de perpetuar la violencia una vez que se produce la ruptura de la pareja.

No es fácil para las mujeres que sufren violencia de género detectar las señales de violencia psicológica, debido a la enorme CONFUSION que se produce en sus emociones y sentimientos hacia el maltratador.


Los hombres y su pasividad ante la violencia de género (no es casualidad)

Los hombres han de incorporarse a la erradicación de la violencia de género

O se hace algo para acabar con la injusticia o se está haciendo para que continúe"

Nunca han faltado hombres en las grandes revoluciones con independencia de su condición y de las circunstancias: ha habido hombres blancos luchando contra el racismo, aristócratas en las revoluciones del pueblo, hombres cercanos al poder contra las dictaduras, militares contra los golpes de Estado, hombres heterosexuales frente a la homofobia.... En cambio, apenas hay hombres en la erradicación de la desigualdad y en la lucha contra la violencia de género.

 Y no es casualidad.

La gran mayoría de los hombres están contra la violencia de género cuando se conoce su resultado, pero para que éste sea conocido tiene que haber adquirido una intensidad capaz de superar las paredes y el silencio que habitualmente la envuelve. Sin embargo, la gran mayoría de los hombres está ausente en todo ese antes que conduce al golpe y a la agresión que luego critican.

 Y no es casualidad.

 Estar en el camino que termina en la violencia es estar contra la identidad masculina y contra la cultura que la moldea con el barro de la desigualdad. Una cultura que hace sociedades donde los hombres ocupan una posición de referencia y poder, y en las que la propia condición masculina les otorga una serie de valores superiores a los de las mujeres. No hay que irse muy lejos para encontrar un ejemplo en las palabras del exministro Arias Cañete respecto a la "superioridad intelectual de los hombres", no digamos ya si nos vamos al valor de la fuerza, la competitividad, la razón, el enfrentamiento, el carácter, la decisión... entonces vemos cómo toda esta vida está preparada, según ese modelo, para el liderazgo "natural" de los hombres, y para que la "limitada capacidad" de las mujeres se desarrolle con plenitud dentro del hogar por medio del cuidado, el afecto y el cariño.

Pero como las mujeres son "malas y perversas", tal y como rezan los mitos de esa cultura, se vuelven rebeldes y osadas con el tiempo, de ahí que haya que controlarlas e incluso corregirlas por medio de la violencia cuando la situación lo exija. La insumisión se corrige volviendo a la sumisión... recordemos el Cásate y sé sumisa editado por el Arzobispado de Granada. Y si la corrección violenta no da resultado, entonces llega el castigo a través de un mayor grado de violencia.

Y todo esto no es casualidad.

 La desigualdad genera un espacio de ventajas y privilegios para los hombres por el hecho de ser hombres, y la mayoría se siente incómodo cuestionando el sistema que lo hace posible y su papel dentro de él. Unos por lo que perciben como "pérdidas", valga como ejemplo, además de la recompensa que supone la presencia de hombres en la mayoría de los puestos de poder, el resultado del Barómetro del CIS de abril de 2014, que muestra cómo las mujeres dedican al día un 97,3% más de tiempo a las tareas domésticas y los hombres tienen un 34,4% más tiempo de ocio. Otros hombres, por el contrario, se sienten incómodos por la "desorientación" que les provoca salirse de las referencias rígidas e históricas que construyen esa masculinidad dominadora, sin encontrar una forma diferente de ser hombre, ausencia de modelo alternativo nada casual.

La violencia de género es un instrumento más para organizar e imponer la convivencia sobre los valores e ideas que brotan de la desigualdad, por eso, a diferencia de otras violencias interpersonales, su objetivo esencial es controlar y dominar a la mujer; esa es la razón por la que los episodios se repiten y por lo que entre cada una de las agresiones el control continúa a través del rechazo, la crítica, el menosprecio o la humillación. Toda esta estrategia busca el aleccionamiento e introducir el miedo y el terror en las mujeres, para que recuerde qué puede ocurrirle ante la negativa u oposición a seguir los mandatos del maltratador, y hacer, de este modo, más efectivas las amenazas que lanzará ante la más mínima contrariedad. Y cuando esta estrategia de control fracasa, es cuando se produce el homicidio bajo el argumento posesivo del "mía o de nadie".

La pasividad de los hombres ante esta violencia que ejercen otros hombres contra las mujeres no es casualidad, y llega a ser cómplice. Los hombres violentos utilizan al resto de los hombres para justificarse en su conducta, dicen hacerlo por todos y ante las "malas mujeres" que "no quieren aprender o que les llevan la contraria", por lo tanto, si el silencio es el único que toma la palabra y la distancia es lo más cerca que se está del problema, se les estará dando la razón y ellos continuarán con sus lecciones de violencia a domicilio.

 Es por ello que los hombres tienen mucho que reflexionar y más que cambiar sobre esa identidad masculina "made in macho" y las consecuencias que se derivan de ella. No se trata de pedirles que dejen de ser hombres, sino que sean más hombres, y ello significa romper el anclaje absurdo y caducado de la hombría dominante para incorporar valores y elementos que destaquen el componente humano sobre el elemento primitivo de la fuerza y la violencia. Hace unos días conocimos la noticia sobre cómo los neandertales diferenciaban algunas tareas por sexo, el problema no es que ellos lo hicieran, sino que 40.000 años después algunos se empeñen en comportarse como neandertales.

 Los hombres tenemos que incorporarnos a la Igualdad y a la erradicación de la violencia de género. No hay posiciones neutrales ante esta realidad, o se hace algo para acabar con la injusticia que supone, o se está haciendo para que continúe. Y para ello los hombres necesitamos construir nuestra identidad sobre nuevas referencias que lleven a convivir en igualdad sobre valores y sentimientos compartidos, no sobre gestos y acciones individuales que luego se impongan a las mujeres y al resto de la sociedad.

 Miguel Lorente Acosta es médico forense, profesor de Medicina Legal y fue delegado del Gobierno para la Violencia de Género en el Ministerio de Igualdad.

estadisticasviolenciagenero.msssi.gob.es/

Teléfono 016

Desde Septiembre de 2007 las mujeres víctimas de la violencia de género cuentan con otro servicio: la llamada al teléfono 016, un servicio telefónico de información y asesoramiento jurídico en materia de violencia de género.   Puedes llamar desde cualquier sitio porque las llamadas que hagas a este número no dejarán ningún rastro en la factura del teléfono. Busca un lugar donde puedas estar tranquila y llama, nadie se enterará de que lo has llamado. Además, los datos que te pedirán para acceder a este servicio son confidenciales. Se recogen únicamente con el objetivo de poder hacer estadísticas, perfiles generales de las usuarias y mejorar el servicio.

Al otro lado del teléfono te encontrarás con un equipo de profesionales que contestarán a cualquier pregunta que les plantees: si necesitas ayuda psicológica o información sobre los recursos disponibles en tu ciudad la respuesta será inmediata. Si lo que necesitas es información legal sobre cualquier duda que te surja en la preparación o durante el proceso de separación, entonces un equipo de abogados/as, expertos/as en violencia de género y en derechos humanos te atenderán de 9 a 21 horas de lunes a viernes y de 12 a 20 los sábados, domingos y festivos.

Y si estás en peligro, o crees que estás en peligro, puedes llamar a este teléfono también ya que ellos derivarán tu llamada al 112 de tu autonomía.

Otros teléfonos a los que puedes llamar según la comunidad autónoma en que vivas:


Ámbito estatal: 016
Emergencias: 112
Recibe denuncias sobre publicidad sexista: 900 19 10 10
Personas con discapacidad auditiva: 900 116 016
Andalucía: 900 200 999
Aragón: 900 504 405
Baleares: 112
Canarias: 900 506 968
Cantabria: 942 214 141
Castilla y León: 900 333 888
Castilla-La Mancha: 900 100 114
Cataluña: 900 900 120
Ceuta: 900 700 099
Comunidad Valenciana: 900 580 888
Comunidad de Madrid: 012
Extremadura: 112
Galicia: 900 400 273
La Rioja: 900 711 010
Melilla: 952 699 214
Navarra: 948 206 604
País Vasco: 900 840 111
Principado de Asturias: 112
Región de Murcia: 968 357 244 / 620


A continuación vamos a revisar una serie de cuestiones básicas, como qué entendemos por maltrato, qué tipos de maltrato hay, por qué hay tantos términos para hablar de la violencia que sufren las mujeres a manos de sus parejas, cómo es esa violencia y qué es la violencia de género.

1. ¿Qué es el maltrato?

La palabra "maltratar" es muy conocida y en ocasiones se usa de manera inadecuada para hacer referencia a cualquier comportamiento que consideramos ofensivo, sea con o sin intención. Sin embargo, la palabra "maltratar" tiene un significado muy específico y que es muy importante conocer para no minusvalorar los efectos del maltrato. 

El maltrato es una agresión intencional e indebida que acarrea un daño. Una agresión se convierte en maltrato en el momento en que aparece en una relación en la que los participantes se deben cuidado y protección. Entonces decimos que ha habido un trato indebido. Y es intencional, porque no es algo que ocurra de manera accidental.

2. ¿Cómo es el maltrato?

El maltrato puede ser físico, emocional y sexual. 

Se suele entender por maltrato físico los ataques o agresiones intencionales, con uso de la fuerza, que pueden causar daños, enfermedades o la muerte. Se incluirían aquí acciones tales como golpear con puños u objetos, dar palizas, emplear un arma, morder, abofetear, empujar, arrojar objetos, estrangular, zarandear, etc.

El maltrato emocional es el más frecuente y es tan dañino para la salud y el bienestar de los seres humanos como el maltrato físico. Este tipo de agresión puede expresarse de formas muy variadas, a menudo sutiles y su objetivo común es el de atacar el bienestar y el sentido de una misma. Consiste básicamente en ataques o agresiones intencionales contra la seguridad, la libertad de acción, la libertad de pensamiento, la intimidad, el prestigio y los bienes y posesiones de la otra persona. Estas agresiones consisten en amenazas persistentes, prohibir hablar con familiares o amistades, poner difícil ir a lugares concretos, lavar el cerebro, no dejar tomar decisiones, acosar, abandonar, criticar, insultar, ridiculizar delante de otras personas, quitar o no dar dinero, etc. El maltrato emocional incluye también el daño a objetos queridos y el empleo de la violencia contra los hijos y otros familiares, los amigos y los animales de compañía.

El maltrato o abuso sexual consiste en un evento que ocurre sin el consentimiento de la víctima e incluye tanto la agresión sexual que es completada como el intento. La falta de consentimiento y deseo de mantener las relaciones sexuales es central en este tipo de maltrato, sobre el que todavía pesan muchos tabúes. Así, el agresor recurre a variadas estrategias que van desde el uso o la amenaza de la fuerza, la amenaza de represalias posteriores contra una misma o contra otras personas, hasta estrategias más sutiles como la culpabilización por no querer mantener relaciones sexuales, la insistencia continua a pesar de haber dicho que no, el acogimiento a un supuesto derecho conyugal, etc. Las agresiones sexuales consisten básicamente en penetrar la vagina o el ano por el pene, la lengua, los dedos o un objeto, o la boca con el pene en contra del deseo de la persona agredida. Incluye también realizar tocamientos o hacer que la otra persona haga esos tocamientos a sí misma, el agresor o terceras personas; obligar a mantener relaciones sexuales con otras personas, evitar la toma de precauciones para evitar contraer enfermedades o evitar embarazos, etc.

3. ¿Quién puede maltratar?

El maltrato lo pueden ejercer los varones y las mujeres. Puede ejercerlo un marido contra su esposa, una hermana contra un hermano, un novio contra su novia, una abuela contra su nieta, un jefe contra su empleado, un amigo contra otro amigo, un vecino contra una vecina, etc. 

4. ¿Por qué se habla de maltrato infantil, maltrato familiar, maltrato doméstico?

Cuando los profesionales analizamos el maltrato y vemos muchos puntos en común ponemos otras etiquetas para referirnos a ese maltrato. Así, estudiamos el maltrato familiar (agresiones intencionales e indebidas que cometen unos miembros de la familia contra otros), maltrato por la pareja (agresiones intencionales e indebidas que cometen unos miembros de la pareja contra otros), maltrato contra la infancia o maltrato infantil (agresiones intencionales e indebidas que cometen unas personas contra otras que son menores de edad), maltrato laboral (agresiones intencionales e indebidas que cometen unas personas contra otras con las que se mantiene una relación laboral), etc. Estas etiquetas ayudan a los profesionales en su trabajo para estudiar puntos en común y diferencias, intercambiar datos con otros profesionales, buscar soluciones, etc. 

5. ¿Por qué se habla ahora tanto del maltrato en la pareja? ¿Es que antes no había? ¿Qué ocurre con los otros tipos de maltrato?

El maltrato que se produce dentro de las relaciones de pareja (en matrimonios, parejas de hecho, noviazgos, etc.) ha sido destacado como un grave problema social muy recientemente, sin embargo ha estado presente desde tiempos muy remotos. 

El hecho de destacar tanto este tipo de agresiones que se producen en el ámbito de la pareja, no resta interés a otros tipos de maltratos. Si se está en contra de la violencia doméstica, se está en contra de la violencia que ocurre en el ámbito laboral, escolar, etc.

6. ¿Es mejor hablar de maltrato doméstico o de maltrato familiar en el caso del maltrato que ocurre en las relaciones de pareja? ¿Por qué se usan tantos términos para hablar de lo mismo?

Para hablar del maltrato que se produce dentro de las relaciones de pareja solemos utilizar los términos de violencia familiar, violencia doméstica, violencia doméstica, violencia de género, violencia machista, etc. 

Algunos profesionales prefieren hablar de "violencia familiar" dado que es un tipo de maltrato que ocurre en el ámbito familiar. Pero este término también se refiere al maltrato que ejercen los progenitores contra sus hijas e hijos, al que sufre un miembro de la pareja a manos de la familia de origen de su pareja, el que ejerce un abuelo contra su nieta o a la inversa. Por esta posibilidad de confusión muchos profesionales no lo prefieren para hablar del maltrato en la pareja  

Otros, lo etiquetan preferentemente bajo el epígrafe de "violencia doméstica" que hace alusión al contexto donde se producen las agresiones. Este contexto es el propio hogar, un lugar que se define como seguro. Así, violencia doméstica hace referencia a las agresiones que se producen en contextos considerados seguros, como son los lugares o las relaciones en las que esperamos encontrarnos a salvo: las relaciones de pareja.

Finalmente, hay profesionales que prefieren hablar de "violencia de género" o "violencia machista" cuando se refieren a la violencia dentro de las parejas. Esto es así porque la mayoría de agresiones que se producen en este caso las comete un varón contra su pareja femenina. Sin embargo, otros prefieren los términos de violencia familiar o doméstica, por su neutralidad en cuanto al género de las personas que mayoritariamente cometen las agresiones y las personas que suelen ser objeto de las mismas.   

Realmente, los términos "violencia familiar" y "violencia doméstica" no están reñidos con el de "violencia de género" o "violencia machista". Hay profesionales que hablan de violencia doméstica y señalan que se están refiriendo también a una violencia de género. Los términos los usamos según queremos destacar algún aspecto sobre otro, pues ninguno es perfecto ni define a la perfección toda la complejidad de este tema.    

7. ¿Qué es la violencia de género?

El término "violencia de género"  abarca mucho más que la violencia que ejercen sobre las mujeres algunas parejas masculinas, pues se refiere también a la violencia que sufren las mujeres desde su infancia hasta su vejez a manos de varones que son sus padres, tíos, cuñados, jefes, compañeros de trabajo, vecinos, amigos, etc. Así pues, además de la violencia familiar o doméstica, se incluyen temas como la violencia laboral, la violencia infantil, la trata o el turismo sexual. 

La definición más empleada de violencia de género es la elaborada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, que dice que la "Violencia contra la mujer es todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en el vida privada" (Artículo 1 de la "Declaración para la eliminación de la violencia contra la mujer", 20 de diciembre de 1993).

8. ¿Por qué se habla tanto de violencia contra las mujeres? ¿Es que nadie maltrata a los varones?

Efectivamente, también los varones son maltratados, pero contra lo que está tan asumido por la creencia popular, no son sus esposas quienes más les maltratan sino otros varones que son sus padres, abuelos, tíos, hijos, profesores, vecinos, amigos, jefes, etc. La mayoría de la violencia que reciben los varones proviene de otros varones. Esto es también un tipo de violencia que tiene mucho que ver con el género, es violencia de género también.


Lo que tienes que considerar antes de 'irte de putas'


El cómic "Esclavas" denuncia la explotación sexual en España, incidiendo en la responsabilidad del cliente.


Por Paloma Fidalgo


El cómic Esclavas denuncia la explotación sexual en España, incidiendo en la responsabilidad del cliente.

La oscarizada película Doce años de esclavitud recreaba, en toda su crudeza, el escenario histórico de la esclavitud de los algodoneros en Estados Unidos, basándose en la autobiografía de Solom Northup, secuestrado en Nueva York siendo un negro nacido libre, y posteriormente vendido como esclavo en Louisiana.

Muchas revueltas sociales y políticas después de aquel periodo, la esclavitud se ha abolido, de manera desigual y desde el punto de vista legislativo, en casi todo el mundo. Pero no es un secreto que no solo no ha desaparecido, sino que convivimos a diario con ella. También en Occidente. También en España, donde hay esclavos regentando bazares chinos, como refleja el extraordinario libro ¿Adónde van los chinos cuando mueren?, de Ángel Villarino. Donde hay esclavos discapacitados pidiendo limosna, sometidos por mafias, Donde hay inmigrantes esclavos en el top manta. Donde hay esclavos en las personas que nos cosen la ropa y nos componen los smartphones a mano. Y donde hay esclavas atrapadas en redes de prostitución.

El acertado cómic Esclavas, que publica la editorial Ediciones de Ponent en colaboración con Médicos del Mundo, nos habla de ellas. Con guion de Alicia Palmer, miembro del 'Programa de Mejora de Salud para Personas en Situación de Prostitución' de la citada ONG, y con ilustraciones de Bosco Rey-Stolle, estas viñetas ponen el foco en el cliente, pero sin moralismos ni condescendencias, y sin pretender ninguna suerte de revancha.


Se trata de una llamada a la reflexión a partir de viñetas que reconstruyen dos universos paralelos: por un lado, el de varios ciudadanos de todo pelaje, tan normales que cualquiera de nosotros podría verse identificado en ellos. Son responsables e incluso buenos vecinos, van dejando una estela ejemplarizante a su paso (son voluntarios en ONG o pelean por buenas causas en Concejalías Sociales). Pero, cuando se animan con el sexo de pago, no se plantean si la prostituta que lo servirá está esclavizada, incluso si es menor de edad. Por otro lado, el cómic nos cuenta historias basadas en hechos reales, el de las de prostitutas con las que ha trabajado Médicos del Mundo. Mujeres esclavizadas, en un callejón sin salida con las que contactan esos ciudadanos tan majos, a través de Internet o de los periódicos de mayor tirada. Una de las historias que nos cuenta es similar a la de Doce años de esclavitud: una chica rumana, de buena familia y estudiante, se enamora de un tipo que conoce en una discoteca, que la engaña para traerla a España, y la convierte en prostituta forzosa bajo la amenaza de matar a su familia.

Este libro, en definitiva, nos invita a ser conscientes de la lacra de la explotación sexual. Un problema mayor en nuestro país a la vista de los millones de euros que se gastan a diario en prostitución. Somos el tercer mayor consumidor de prostitución del mundo, sólo por detrás de Tailandia y Puerto Rico. El 39% de los hombres españoles ha pagado por recibir sexo, y los consumidores son cada vez más jóvenes, de entre 16 y 35 años, principalmente.

Y el problema es que, debido al oscurantismo del sector, es difícil saber en qué porcentaje esa prostitución es verdaderamente consentida. Es un problema que conduce a que la prostitución se afronte sólo desde la vertiente del orden público, sin resolver sus implicaciones en Sanidad y Seguridad Social. Para aportar algo de luz se podría acudir a la ONU, que ha afirmado que son víctimas de trata una de cada siete prostitutas de las que trabajan en la Unión Europea; esto es, un 15%. Pero la cifra ha sido muy contestada desde varios sectores sociales pidiendo que se revise al alza, porque parece que todo apunta a que la cifra es superior, en especial en España, el primer país de Europa, de acuerdo con Médicos del Mundo, utilizado como destino de las diferentes mafias que operan en Europa del Este, Asia, África y América Latina, engañan, secuestrando y comprando mujeres y niñas para su explotación sexual.




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